El grupo volvió a tocar ante un Vélez repleto de fanáticos, hubo incidentes y detenidos.
Los incidentes
"Eh, amigo, hay que volver. Retirada jamás, amigo", balbuceaba, aferrado a su vino en cartón, un chico con los ojos más rojos que el ojo rojo del logotipo de Viejas Locas, la banda que había venido a ver al estadio de Vélez. Rodeado de sus secuaces, fumando y tomando, el "amigo" miraba desde muy lejos los incidentes que se desarrollaban sobre la avenida Juan B. Justo, en los accesos a la cancha, y le pedía más valor a los que llegaban corriendo desde la zona caliente. "Retirada jamás, amigo", se animaba a pedir.
El paréntesis de nueve años había terminado y los chicos estaban excitados desde temprano. Habían llegado de a miles desde todos lados en colectivos (no sólo los típicos naranja-escolares, sino también en coches de larga distancia, de dos pisos), camionetas, y más tarde la cifra oficial especularía con 40 mil asistentes. El campo del estadio de Vélez se fue llenando todavía con sol, para quedar hecho un hervidero a las diez de la noche, cuando el show comenzó. Tal vez comparable al de Soda Stereo, este regreso convocó fuertemente a los fanáticos, pero en Vélez no había marketing ni sponsor: con Viejas Locas alcanzaba.
La banda no estaba sola. Afuera, los stones y la policía se reencontraron después de años sin verse las caras. De un lado, los chicos excitados y listos para la fiesta y los excesos, algunos sin entradas pero con aguante; del otro, milicias azules cabeza de tortuga, con bastones, balas de goma y gases lacrimógenos, y el apoyo del carro hidrante, del helicóptero y de la montada. ¿Era para tanto? Al menos 30 personas resultaron heridas y 44 fueron detenidas: las estadísticas se enmarcan en el linaje de la larga guerra de los Redondos y no es casualidad, porque ayer fue una típica noche de la era pre-Cromañón (que incluso contó con un par de bengalas en el campo, durante el show).
Cómo comenzaron los disturbios importa poco. Porque fue como siempre: el primer choque se dio en la puerta 6, la del campo, donde el laberíntico vallado que guiaba el acceso fue derribado al grito de "¡Vamo' Vieja Loooooo'!" y el embudo que la policía había montado como estrategia de cacheo se desparramó hacia adentro, a las corridas, directo al campo. Entonces aparecieron los caballos por primera vez.
La barra brava de Vélez habría provocado otros incidentes, más tarde, apretando a los propios asistentes. Por eso fue silbatina cada vez que -ya dentro del estadio y entre tema y tema- quiso imponer sus himnos de cancha. Más tarde hubo gases lacrimógenos y chorros de pintura azul. Gente corriendo, gente llorando.
PITY HABLO SOBRE LOS INCIDENTES:
El cantante y guitarrista difundió una carta luego de los graves sucesos que dejaron a un joven en coma.
Cristian "Pity" Alvarez, en nombre de la banda Viejas Locas, pidió hoy por "la pronta mejoría" de Rubén Carballo, el joven herido el sábado en el Club Vélez Sarsfield y cuyo estado continúa "estable" según fuentes médicas del Centro Gallego.
En una carta difundida esta tarde, los músicos manifestaron: "Lo sentimos y pedimos disculpas a los chicos y chicas que no pudieron disfrutar esa noche".
También "rogamos que no se genere más violencia de la que hubo, con manifestaciones puedan provocarla. Hoy en día estamos hablando de hechos lamentables los cuales repudiamos totalmente y no de música como quisiéramos".
La carta de "Pity" Alvarez detalla el momento en que llega al Club con un auto prestado (...) "Vi mucha pero mucha gente caminando de un lugar a otro y en ningún momento vi violencia o problemas entre los chicos que esperaban para entrar, todo tranquilo y me sorprendió.
Vi personal policial en gran cantidad", los que me pararon muchas veces -cinco- para pedirme datos pero que al reconocerme me permitieron seguir al estadio y todo sigue tranquilo.
No voy a decir que vi represión (en ese momento preciso) ni gente sin control, solo vibré que la gente disfrutaba de sus caminatas y que no estaba en la maternidad"
Finalmente dice: "no sé quienes son los inocentes ni los culpables pero hay una justicia, ley que no manejan los hombres, ojalá se cumpla".
Los incidentes
"Eh, amigo, hay que volver. Retirada jamás, amigo", balbuceaba, aferrado a su vino en cartón, un chico con los ojos más rojos que el ojo rojo del logotipo de Viejas Locas, la banda que había venido a ver al estadio de Vélez. Rodeado de sus secuaces, fumando y tomando, el "amigo" miraba desde muy lejos los incidentes que se desarrollaban sobre la avenida Juan B. Justo, en los accesos a la cancha, y le pedía más valor a los que llegaban corriendo desde la zona caliente. "Retirada jamás, amigo", se animaba a pedir.
El paréntesis de nueve años había terminado y los chicos estaban excitados desde temprano. Habían llegado de a miles desde todos lados en colectivos (no sólo los típicos naranja-escolares, sino también en coches de larga distancia, de dos pisos), camionetas, y más tarde la cifra oficial especularía con 40 mil asistentes. El campo del estadio de Vélez se fue llenando todavía con sol, para quedar hecho un hervidero a las diez de la noche, cuando el show comenzó. Tal vez comparable al de Soda Stereo, este regreso convocó fuertemente a los fanáticos, pero en Vélez no había marketing ni sponsor: con Viejas Locas alcanzaba.
La banda no estaba sola. Afuera, los stones y la policía se reencontraron después de años sin verse las caras. De un lado, los chicos excitados y listos para la fiesta y los excesos, algunos sin entradas pero con aguante; del otro, milicias azules cabeza de tortuga, con bastones, balas de goma y gases lacrimógenos, y el apoyo del carro hidrante, del helicóptero y de la montada. ¿Era para tanto? Al menos 30 personas resultaron heridas y 44 fueron detenidas: las estadísticas se enmarcan en el linaje de la larga guerra de los Redondos y no es casualidad, porque ayer fue una típica noche de la era pre-Cromañón (que incluso contó con un par de bengalas en el campo, durante el show).
Cómo comenzaron los disturbios importa poco. Porque fue como siempre: el primer choque se dio en la puerta 6, la del campo, donde el laberíntico vallado que guiaba el acceso fue derribado al grito de "¡Vamo' Vieja Loooooo'!" y el embudo que la policía había montado como estrategia de cacheo se desparramó hacia adentro, a las corridas, directo al campo. Entonces aparecieron los caballos por primera vez.
La barra brava de Vélez habría provocado otros incidentes, más tarde, apretando a los propios asistentes. Por eso fue silbatina cada vez que -ya dentro del estadio y entre tema y tema- quiso imponer sus himnos de cancha. Más tarde hubo gases lacrimógenos y chorros de pintura azul. Gente corriendo, gente llorando.
PITY HABLO SOBRE LOS INCIDENTES:
El cantante y guitarrista difundió una carta luego de los graves sucesos que dejaron a un joven en coma.
Cristian "Pity" Alvarez, en nombre de la banda Viejas Locas, pidió hoy por "la pronta mejoría" de Rubén Carballo, el joven herido el sábado en el Club Vélez Sarsfield y cuyo estado continúa "estable" según fuentes médicas del Centro Gallego.
En una carta difundida esta tarde, los músicos manifestaron: "Lo sentimos y pedimos disculpas a los chicos y chicas que no pudieron disfrutar esa noche".
También "rogamos que no se genere más violencia de la que hubo, con manifestaciones puedan provocarla. Hoy en día estamos hablando de hechos lamentables los cuales repudiamos totalmente y no de música como quisiéramos".
La carta de "Pity" Alvarez detalla el momento en que llega al Club con un auto prestado (...) "Vi mucha pero mucha gente caminando de un lugar a otro y en ningún momento vi violencia o problemas entre los chicos que esperaban para entrar, todo tranquilo y me sorprendió.
Vi personal policial en gran cantidad", los que me pararon muchas veces -cinco- para pedirme datos pero que al reconocerme me permitieron seguir al estadio y todo sigue tranquilo.
No voy a decir que vi represión (en ese momento preciso) ni gente sin control, solo vibré que la gente disfrutaba de sus caminatas y que no estaba en la maternidad"
Finalmente dice: "no sé quienes son los inocentes ni los culpables pero hay una justicia, ley que no manejan los hombres, ojalá se cumpla".
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